La vida es sueño y circo… Claves de una adaptación

Luis O’Malley presenta con esta su tercer trabajo de adaptación de un clásico teatral para la escena familiar. Su primer trabajo fue Las golosinas de Don Juan Tenorio un pequeño y delicioso espectáculo para actores y títeres en que los niños asistían a una representación de títeres donde Don Juan pagaba caro su vicio de… comer tantas golosinas, sin tener en cuenta que todos los excesos son malos. 

Romeo y Julieta fue un trabajo más ambicioso y con un excelente resultado. Siempre respetando las escenas cruciales y los parlamentos más reconocidos de la obra de Shakespeare, la versión proponía un juego teatral: una niña se colaba en escena y obligaba a Fray Lorenzo a contar la historia de los amantes de Verona (no de verano) de una manera que todos lo pudiéramos entender. Este personaje, que representaba al público, se mete en la historia y vive las emociones plenamente.

Ahora, en La vida es sueño y circo, el circo se convierte en el lugar dela fantasía para que una historia de encierros y debates morales salga de su «lugar de trascendencia» hacia un espacio de reflexión para el público de hoy, el público más joven. 

Luis O’Malley tiene unas claves fundamentales para hacer su trabajo de adaptación para que un texto del siglo XVII llegue a toda la familia y nadie se pierda estos sueño por cumplir.

 

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