¡Pasen y vean! ¡Pasen y… vean!

El circo es un lugar para hacer realidad los sueños. Es el sitio donde ocurre lo imposible. El lugar donde reina la magia y donde todos, todos, somos personajes de una historia fantástica. En el circo, incluso, hay quien habla en verso. Pero en este circo también viven animales que nos dan miedo… y que hemos tratado de domesticar para que no nos resulten tan terribles. ¿Y si ese animal encerrado fuera uno de nosotros?

Calderón de la Barca, un autor de teatro que escribió los más bellos versos hace ya casi doscientos cincuenta años, quería contar un historia sobre nuestro tesoro más preciado: la LIBERTAD. Y también se preguntaba este buen poeta si toda nuestra vida es en realidad un sueño. ¡Vaya idea! ¿Te imaginas que somos todos como personajes de una película que alguien está inventando? ¿Lo que nos va a pasar está escrito en algún lugar?¿Podríamos saberlo leyendo las rayas de la mano o mirando las estrellas, por ejemplo? Gracias a esta obra de teatro vamos a pensar un poco en estas cosas. estamos deseando saber qué opinas sobre esto…

Esta versión sucede en un circo, un gran circo de los de antes que se llama Gran Circo Polonia, como el país en que sucedía la obra de Calderón. En este circo, cada personaje de la obra tiene su función: Rosaura, interpretada por Andrea Zoghbi , es la joven amazona. Valiente y desenvuelta no dudará en vestirse de hombre para lograr su objetivo. Bajo sus riendas su sirviente y amigo, Clarín, que interpreta Mingo Ávila. Clarín es el payaso; uno muy, muy especial que te hará tanto reír como llorar. Este circo tiene un dueño, el rey, el señor, el mago Basilio, que interpreta Luis O’Malley, el mismo que ha escrito la versión. ¡Un mago! Luego viene toda su corte: Clotaldo, el domador de fieras, al que da vida Efraín Martín y que se lía a latigazos con todos; Estrella, la hermosa pitonisa que lee el destino en las cartas y que interpreta Zuleima Valido; junto a Rubén Darío que hace el papel de Astolfo, el forzudo, puro músculo y mucha chulería. Y entre rejas, el protagonista de esta función, Segismundo, la fiera a la que pone carne Maikol Hernández. ¡Vaya nombrecitos que se inventaba Calderón! A lo mejor en 1600 había muchos Clotaldos, Astolfos y Segismundos por la calle… ¿quién sabe?.

Lo que está claro es que este elenco de siete actores, esos siete personajes de circo, te van a contar una gran historia que ha dirigido Rafael Rodríguez. A Rafael no le vas a ver en escena, pero gracias a su trabajo todo está donde tiene que estar y las aventuras e ideas que propone Calderón, con las palabras de Luis O’Malley, se entiende perfectamente aunque ya no tengamos nombres tan raros… ni hablemos en verso todo el rato.

No es fácil contar con un circo del siglo XIX en pleno siglo XXI. Para eso el director de escena cuenta con los diseñadores de escenografía y vestuario, que son José Luis Massó (este señor sabe un montón de teatro clásico, de hecho es el director artístico de toda la obra) y Raúl Ravelo – al que todos en la compañía llamamos Parrys. Cuentan con ayuda de mucha gente, diseñador de iluminación, caracterización y peluquería, regidora, producción… Una compañía teatral es mucho más que lo que puedes ver en escena, pero todos hacemos que eso sea posible.

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