A ti seguramente lo de Calderón te suena a campo de fútbol o a jugador de baloncesto, pero déjame contarte que Calderón de la Barca ha sido uno de los autores de teatro más importantes de toda la historia de España, y del resto del mundo también. Escribió durante una época que se llamó Siglo de Oro español. Sin embargo, ni fue un siglo ni fue de oro. Los que escribieron la historia le llamaron así porque fue un momento de mucha vitalidad, de mucha creatividad en la cultura de nuestro país. Imagínate si Calderón de la Barca fue importante que el inicio del Siglo de Oro lo marca el año 1492 (años del descubrimiento de América) y lo cierra su muerte en 1680.

El Señor Pedro Calderón de la Barca vivió exactamente 80 años y le dieron de sobra para escribir más de setenta obras de teatro. ¡Más de setenta! Saca cuentas. Eso es casi una cada año. Realmente empezó escribir a los 23 años pero a partir de ahí ya no paró de inventar historias. Podían ser más divertidas o más serias, podían ser más largas o más cortas, pero siempre, siempre hablaban de lo mismo. Lo que más le interesaba a Calderón eran el amor y el honor. El amor da para mucho. Piensa sino en la cantidad de cuadros, canciones y películas que hay sobre el amor. Sin embargo, eso del honor es mas difícil de entender en nuestra época. Suena a cosa de caballeros medievales. ¿Que entiendes tú por honor?

Calderón de la Barca tuvo una juventud algo atolondrada, que le dio para hacerse soldado y luego religioso. Tuvo que huir de alguna que otra trifulca y responder de sus actos, algo así es el honor. Cuando descubrió el teatro, encontró el lugar adecuado para contar sus aventuras, las que tuvo y las que hubiera querido tener. Le gustaban las obras de enredos… esas donde todos se confunden y hay muchos malentendidos hasta que todo se aclara y los enamorados acaban juntos. Al público de los corrales de comedia, los teatros de aquella época, les encantaba estas obras y cada noche se convertía en una fiesta. Pero Calderón poco a poco también se fue interesando por el sentido de la vida y escribió obras más trágicas como La vida es sueño, donde tampoco falta la cosa del amor y el honor. Y algunas muy profundas comparando el mundo con un gran teatro donde cada uno tiene su papel: El gran teatro del mundo.

Pero además Calderón tuvo la fortuna de trabajar como responsable de las diversiones teatrales de la Corte. Es decir, el que se encargaba del que el Rey Felipe IV lo pasara bien entre guerra y guerra. Así que él venía a ser un maestro de ceremonias real ¡vaya si le gustaba su puesto!. Allí podía no solo escribir las historias que se representaban, sino organizar los decorados (que por aquel entonces eran telas pintadas y costosos muebles de palacio), organizar la música en directo que acompañaba a la comedia… incluso participar en los ensayos y dar su opinión sobre la interpretación de los actores. Mientras, en los patios de los corrales de comedias el pueblo también aplaudía sus obras. Calderón vivió un sueño… y también escribió sobre ellos.